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El Viso de San Juan

Nuestro origen…

Aldea y, posteriormente, villa de señorío de orden militar, concretamente de la Orden de San Juan de Jerusalén. El término viso deriva de un vocablo latino, castellanizado en el siglo XIV, que significa ver o vista, es por esto, que en las Relaciones topográficas de Felipe II las autoridades locales contestarán a la primera pregunta de la siguiente manera:

A la primera pregunta de la instruición decimos que la dicha villa de El Viso se llamó ansí por estar situada en alto y que desde ella se ven muchos pueblos y tierras que están lexos y cerca de ella, y ansí fue llamada de los antiguos, y no se sabe que se haya llamado de otro nombre

A pesar de que El Viso empezó a adquirir importancia cuando comenzó el despoblamiento de Olmos entre los siglos XIII-XIV, se le considera una población antigua, ya que gracias a su toponimia se puede evidenciar antiguos poblamientos romanos y arábigos.

La historia de El Viso no se puede entender sin la historia de Olmos, el cual, en época visigoda, era un asentamiento hispanorromano denominado Ulmus que, posteriormente los musulmanes invasores llamarían Walmus. En esta población, durante la época Omeya (s.X-s.XI), los musulmanes construyeron una fortaleza.

Este castillo, del que en la actualidad sólo nos queda algunos restos de una torre fortificada y de muralla, además de algunos aljibes, se encuentra en la ribera sur del río Guadarrama, junto a la carretera que une Cedillo del Condado con Casarrubios del Monte, dentro de nuestro término municipal. Está situado sobre unos cerros desde los que se divisa una gran extensión, lo que servía para sus fines militares, que eran la defensa del paso de la Trasierra.

El Castillo de Olmos iba a ser un importante enclave estratégico en el camino de invasión del Guadarrama utilizado por los castellanos. Junto a Olmos, eran también importantes los castillos de Canales (Recas) y Calatalifa (Villaviciosa de Odón).

El primer documento escrito que menciona el Castillo de Olmos pertenece al historiador hispanoárabe Ibn Hayyan (987-1075), que cuenta que el Califa Abderramán III pasó la noche del 19 de Julio del año 933 en dicho castillo, en su camino hacia Calatalifa, durante una campaña militar lanzada contra los cristianos.

Otro historiador árabe, Yaqut, menciona el castillo de Walmus, es decir Olmos, situado en la Sagra, que Al-Mamún (1043-1075) rey de la Taifa de Toledo cedió a Alfonso VI (1040-1109) al que había acogido al ser perseguido por su hermano Sancho. Se lo transfiere, en el año 1072, para que se repongan las tropas de Alfonso que han luchado en ayuda de Toledo. Más adelante, en 1085, Alfonso, ya rey de Castilla y León, conquistará Toledo a los árabes y con él caerán también Madrid y Talavera.

Esta conquista provoca que los musulmanes de la Península Ibérica llamen en su ayuda a los Almorávides magrebíes que en 1091 vienen a los reinos peninsulares a apoyarlos y comienzan a reconquistar parte de lo perdido en años anteriores. Ibn Tasufín, emperador almorávide, ataca Olmos, ocupa su poblado, pero no logra entrar en la fortaleza (1109-1110).

El Papa Eugenio III, organizador de la II Cruzada, nombra a Olmos como oppidorum, o sea, ciudad realenga en una bula en el año 1148.

El Concejo de Ulmus, igual que el de Calatalifa, reunido en su iglesia, prometió dar todos los años a la Iglesia de Santiago de Compostela una fanega de trigo por cada yugada (superficie que labra en un año una yunta de bueyes) de tierra que se cultive en su término. Esto era contribuir al voto de Santiago Apóstol.

En el mes de noviembre del año 1144, Alfonso VII el Emperador (1105-1157), hallándose en Toledo, donó a la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, a través de su prior en Castilla, don Quesardo, el castillo de Olmos con todos sus términos, tierras, viñas, montes, valles, aguas, huertas, pastos y molinos. En cuanto a su población, se sabe que estaba integrada por castellanos, como vemos por los apellidos Blasco Gómez y Velasco, cristianos, mozárabes, judíos y mudéjares.

En estas zonas de frontera fueron frecuentes las sustituciones dominicales a causa de las guerras. Las continuas modificaciones de la frontera, por ese tira y afloja de los bandos, provocaron numerosas disputas entre los diversos titulares de los mismos territorios.

Privilegio dado por Alfonso VIII

Alfonso VIII, en un Privilegio expedido en Maqueda, en agosto del año 1166, hace donación del castillo y la villa de Olmos a la ciudad de Segovia, con sus tierras, viñas, prados, molinos, pesquerías, montes, etc. La donación obligaba a la ciudad de Segovia servir al rey durante un período de tiempo de dos meses en el lugar que les fuese ordenado, pero les permitía dar, vender, pignorar o permutar el castillo y la villa de Olmos.

Esta donación de estos territorios a la ciudad de Segovia de 1166, quedó sin efecto por un privilegio dado por el propio Alfonso VIII en noviembre de 1182, que vuelve a otorgar, ya definitivamente, a la Orden de San Juan el castillo de Olmos y sus posesiones.

En el año 1196 el Sultán almohade Yacub al-Mansur (1160-1199), el que manda construir La Giralda de Sevilla, llamado el Victorioso, ataca de nuevo el castillo, pero este resiste y se libra de su ataque.

En una bula de 1210, del Papa Inocencio III (1161-1216), se habla nuevamente de Olmos como fortaleza cristiana.

Debido a esta característica fronteriza en tiempos de Reconquista, Olmos iba a ir perdiendo progresivamente su importancia a la vez que la frontera iba desplazándose hacia el sur. Sin embargo, en el siglo XV se producirá un hecho, durante el reinado de Juan II, que iba a marcar la historia de El Viso de San Juan:

Ardia Castilla en revueltas por la enemistad del Principe D. Enrique y de los Grandes Señores contra D. Alvaro de Luna. El Principe, el Almirante, el Conde de Benavente y otros magnates, que en 1441 se hallaban en Illescas, marcharon desde alli al castillo de Olivos, que es del Priorazgo de San Juan, que esta ribera del Guadarrama entre Illescas y Casarrubios, y cercaronle y combatieronle un dia; y el Alcayde que lo tenía entregole al Infante, el qual lo mando derribar, e todos los labradores de la comarca vinieron luego e lo derribaron

Crónica de D. Juan II, año XXXV, cap. XIII

Destruida e inútil ya la fortaleza, los bailíos de Olmos decidieron trasladar su residencia a la vecina villa de El Viso, la cual había sido una de las antiguas aldeas que se administraban desde Olmos. En dicha villa construyeron un palacio que iba a funcionar como la cabeza de la Encomienda Magistral, a la que iban a estar sujetos también los pueblos y territorios de Carranque y Palomeque.

Este hecho histórico hizo que la villa de El Viso heredara las funciones que hasta el momento se habían desempeñado desde Olmos y que la mayoría de la población que se asentaba alrededor de la fortaleza se trasladara también al nuevo núcleo administrativo.

Esta Encomienda y sus dominios perteneció a la Orden de San Juan hasta, muy probablemente, 1873, año en el cual se abolieron, por decreto, todas las órdenes militares.

Restos del Castillo de Olmos